Confío en Dios
Ezequiel 47:1-3 'Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. '
🌅 La Progresión de la Profundidad (Ezequiel 47:3-5)
La medición del río, que va de menos a más profundidad, se interpreta comúnmente como una alegoría del crecimiento en la vida cristiana y la entrega al Espíritu Santo:
Representa a aquellos que conocieron al Señor, están en lo que comúnmente se llama “el primer amor”. Si bien las aguas no son muy profundas, las personas comienzan a experimentar el descanso de estar en comunión con Dios
2️⃣ Agua hasta las rodillas – El paso de obediencia
Es el símbolo de aquellos que no se quedaron solo con la conversión, han sido salvos, pero buscan del Señor en obediencia, se bautizan, como símbolo de la muerte a la vieja vida y comienzan a integrarse en una iglesia local, participan de la Santa Cena, involucrándose en el servicio dentro de su iglesia.
Este es un gran paso de fe, es el camino a la consagración que sólo se logra a través de la oración, y lectura de la Biblia.
3️⃣ Agua hasta los lomos – El punto de entrega
Este grupo no se conforma con la salvación, ni con ser miembros activos de la iglesia, ahora van en busca de la consagración y santificación procurando la llenura del Espíritu Santo. Comienzan a pensar en los planes de Dios y negarse a sí mismos. De todas maneras aún así, siguen manteniendo sus pies sobre el piso, como afirmándose con cierta seguridad al menos a los ojos humanos.
Ya no estamos parados sobre el fondo del río y nos dejamos llevar por la corriente del Espíritu. Como dice el Apóstol Pablo:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)
Este es el estado donde permitimos que Dios nos use para hacer su voluntad y el cumplimiento de sus planes en nuestra vida.
La profundidad de estas aguas, representa la profundidad de nuestra seguridad en saber quiénes somos en Cristo. ¿Hasta dónde te llega el agua actualmente? No me hables de lo que pasó hace años, hoy ¿dónde estás?
Dios quiere que sigamos sumergiéndonos en Su río, quizás implica el perder algo del control que nos gusta tener sobre nuestra vida, pero el resultado será precioso porque al cumplir la voluntad de Dios, nos sentiremos plenos y con gozo.
¿Tienes sed de Dios, buscas más de Él? No te conformes con menos, no quedes con la bendición a la altura de los tobillos, sumerge completamente tu ser, para que todas las áreas de tu vida reciban sanidad
🌊 El Poder Transformador del Río (Ezequiel 47:6-12)
La consecuencia de este río son las grandes bendiciones:
Sanidad del Mar Muerto (v. 8): Las aguas que fluyen hacia la región seca y el Mar Muerto (símbolo de muerte, pecado y esterilidad) reciben sanidad y se llenan de vida. Esto representa el poder de Dios para traer vida, restauración y salvación incluso a las situaciones más desesperadas.
Abundancia de Peces (v. 9-10): Habrá muchísimos peces y pescadores. Esto se interpreta como una figura de la evangelización y la salvación de almas que serán 'pescadas' por medio del evangelio.
Árboles Fructíferos (v. 12): En la ribera del río crecerán árboles que darán fruto y cuyas hojas serán para medicina (sanidad).
Significado: Donde fluye la vida de Dios, hay fruto constante (el fruto del Espíritu) y sanidad para las naciones y las personas.
⚠️ El peligro de los pantanos – No te estanques (Ezequiel 47:11)
El estudio también señala una advertencia: "Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas."
Los pantanos representan a aquellos que no están completamente secos (en el mundo) ni completamente en el fluir (el río). Están en un estado de tibieza, fango o indecisión que el río no puede sanar. Dios demanda una entrega total: o se está en el fluir del río o se permanece en tierra seca, pero no en el pantano.
El profeta nos hace una invitación a confiar cada vez más en Dios y a sumergirse más profundamente en Su presencia y voluntad, para que Su vida, sanidad y fruto fluyan a través de nosotros al mundo.
Te animo a buscar a Dios con la actitud de un sediento que busca con desesperación el agua y Él te saciará.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Salmos 42:1-2.
🌿 No te ahogues en el miedo, flota en Su gracia
Dios te invita a confiar.
A soltar el control, a dejar que el agua te cubra, a permitir que Su corriente te lleve.
El mismo río que parecía taparte, en realidad te está levantando.
Tu parte no es controlar la corriente, es confiar en el que la guía.
Y cuando te rendís, cuando dejás de pelear contra el fluir, descubrís algo hermoso:
no te estás ahogando, estás aprendiendo a flotar en Su gracia.
“Donde fluye el río de Dios, todo cobra vida otra vez.”
(Ezequiel 47:9)
Pastora Analía Ríos.