Gálatas 2:20 “He sido crucificado con Cristo… ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí.”
2 Corintios 5:17 “El que está en Cristo es nueva criatura… la vida antigua quedó atrás.”
Iglesia… todos tenemos un centro.
Algo —o alguien— termina ocupando el lugar principal en nuestra vida.
La pregunta de hoy no es:
“¿Creés en Dios?”
La pregunta es… “¿Quién es tu Señor?”
Porque lo que está en el centro… gobierna tu vida.
“No todo lo que ocupa espacio en tu vida merece ocupar el centro.”
Y muchas veces, sin darnos cuenta, ese centro se desplaza.
Hoy vamos a revisar qué está gobernando nuestro interior… y vamos a volver a poner a Jesús donde debe estar.
Jesús no quiere ser parte de tu vida.
Él quiere ser el centro.
El placer superior.
El motivo detrás de todo lo que hacemos.
“Jesús no compite por tu atención… Jesús reclama tu corazón.”
TENEMOS LAS PRIORIDADES CAMBIADAS
Muchas veces nuestras decisiones hablan más fuerte que nuestras palabras.
Podemos decir “Jesús es primero”…
pero vivir como si fuera último.
Pregunta:
“¿Cuántas cosas hoy están ocupando el lugar que solo Jesús debería ocupar?”
“Cuando Jesús no es primero, todo lo demás se desordena.”
TRES COSAS QUE DESPLAZAN A JESÚS DEL CENTRO
1) AFLICCIONES
– El dinero.
– El temor.
– La enfermedad.
a) El dinero
La falta, las deudas, la presión…
Toman un lugar en la mente… y si no tenemos cuidado, en el corazón.
“El dinero es un buen siervo, pero un pésimo señor.”
b) El temor
Te paraliza, te estanca, te convence de que no vas a avanzar.
El miedo quiere ser tu señor.
c) La enfermedad
Física. Emocional. Mental.
A veces la abrazamos como identidad: “mi enfermedad”. Pero no fue diseñada para definirte.
“Tu dolor puede hablar fuerte, pero Jesús habla más fuerte.”
Salmo 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, pero el Señor lo libra de todas.”
“Dios no promete pocas aflicciones… promete liberación total.”
2) LA POSICIÓN Y LA IMAGEN
Vivimos en la cultura del “cómo te ven, te tratan”.
Está bien cuidarnos… pero no podemos adorar la imagen.
Seguidores, estilo, estatus, logros…
Todo eso promete identidad… pero no puede sostenerla.
Si la aprobación de otros te define, Jesús deja de hacerlo.
“La imagen impresiona, pero solo Jesús transforma.”
3) LOS BIENES MATERIALES
No es malo desear cosas.
El problema es cuando esas cosas te desean a vos.
Lo material llena un rato… pero después deja más vacío que antes.
“Lo temporal nunca podrá llenar un vacío eterno.”
“Acumular no es avanzar; avanzar es acercarte a Jesús.”
LA RESPUESTA DEL REINO
Lucas 15:8–9 — La mujer y la moneda
– Enciende la lámpara.
– Barre la casa.
– Busca con cuidado.
– Hace fiesta cuando la encuentra.
Ese es el nivel de urgencia con el que deberíamos buscar a Jesús.
“No se trata de encontrar cosas… se trata de encontrarlo a Él.”
Mateo 13:44–46 — El tesoro y la perla
– El tesoro escondido.
– El mercader que vende todo.
Ambos entregan todo… con alegría.
Cuando encontrás algo mejor… soltar no duele.
“Cuando Jesús es tu tesoro, renunciar deja de ser pérdida.”
EL CENTRO DE TODO — GÁLATAS 2:20
“Ya no vivo yo… Cristo vive en mí.”
No es que Jesús acompaña…
Jesús gobierna.
No es que Jesús se suma…
Jesús reemplaza.
No es que Jesús está cerca…
Jesús está en el centro.
“Cristo no quiere tu agenda… quiere tu trono.”
LLAMADO A DECISIÓN
“¿Quién es tu Señor hoy?”
El dinero promete, pero no sostiene.
El miedo intimida, pero no te levanta.
Los bienes brillan, pero no permanecen.
La imagen seduce, pero no llena.
“Todo lo que no es Jesús termina fallando… Jesús nunca falla.”
Solo Jesús transforma.
Solo Jesús salva.
Solo Jesús merece el centro.
Te invito:
Hoy podés decirlo desde el corazón:
“No vivo yo… Cristo vive en mí.”
“Lo que ocupa tu centro, gobierna tu vida. Solo Jesús merece ese lugar.”
Christian Schahab