No Temas



Isaías 41:10 '-”No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes , porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia”. ' NBLA

Isaías 46:9 '-»Acuérdense de las cosas anteriores ya pasadas, Porque Yo soy Dios, y no hay otro; Yo soy Dios, y no hay ninguno como Yo, ' NBLA

¿Alguna vez te has encontrado en medio de los desafíos de la vida, sintiéndote como si el peso del mundo te estuviera apretando?

Es fácil sentirse agobiada por las preocupaciones en un mundo marcado por la incertidumbre, la inquietud y la persecución. Si a esto le añadimos nuestras luchas personales: las presiones económicas, las exigencias de ser madres, el cuidado de seres queridos mayores y los problemas de salud, a menudo pareciera que no hay un final a la vista.

Es precisamente durante estos tiempos difíciles cuando Dios tranquiliza nuestros corazones. Él es un Padre fuerte y amoroso quien dice a Sus Hijos que no se preocupen ni miren ansiosamente a su alrededor, sino que clamen a Él y esperen con humilde expectación la ayuda que Él les proporciona.

…Porque Yo soy Dios, y no hay otro; Yo soy Dios, y no hay ninguno como Yo (Isaías 46:9, NBLA).

No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré… (Isaías 41:10, NBLA).

Al ayudarnos, ¡Dios nos asegura de Su capacidad y alegría ilimitada! Las Escrituras anteriores están llenas de compromisos maravillosos de “Yo haré ___”. Además, es realmente extraordinario comprender que Dios no quiere que nos consuma el miedo. Por el contrario, nos insta a despojarnos del pesado manto del miedo y el temor, al igual que nos desharíamos de la ropa gastada de ayer.

Pero, ¿cómo lo hacemos?

Cuando miramos las cosas complicadas que nos rodean en el mundo, ¿cómo cambiamos el miedo por la fe en nuestro Padre invisible? Dios nos anima a meditar en la imagen de ser sostenidas por Su mano:

“…Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia” (Isaías 41:10, NBLA).

Cuando la vida se vuelve caótica y nos tambaleamos al borde del abismo, imaginemos a Dios a nuestro lado, un Padre bondadoso que sostiene a Su hija mientras navega por terrenos difíciles e inciertos. En lugar de caer en la desesperación o buscar ayuda frenéticamente, recordemos la promesa de que Dios está presente, dispuesto a ayudarnos y apoyarnos. Entonces podremos orar, invocando a nuestro Padre y esperando con humilde expectación la ayuda que Él nos proporcionará.

Al leer Isaías 41:10 y tantas otras partes de la Palabra de Dios, descubrimos las maneras hermosas e innumerables en que Dios apoya a Su pueblo.

Caminemos hoy juntas en la esperanza y el consuelo del amor sustentador de Dios.