¡La Tumba Está Vacía, Pero Nuestro Corazón Está Lleno!


Mateo 28:5-6 'El ángel dijo a las mujeres: —No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde estaba. ' NVI

No estamos ante una tumba… estamos ante el triunfo

Hay domingos en los que uno viene a la iglesia para recibir fuerzas.

Pero hay un domingo… este domingo… en el que la fuerza viene a nosotros.

Hoy no venimos a recordar a un muerto.

Hoy venimos a celebrar al Resucitado.

El mundo tiene tumbas de líderes, filósofos, políticos, profetas.

Pero la tumba de Jesús está vacía…

¡Y eso lo cambia TODO!

1.La resurrección le pone punto final al miedo

Los primeros en enterarse fueron mujeres. ¡Qué detalle!

Dios eligió a quienes habían sido invisibilizadas para que fueran las primeras testigos de lo invisible.

Y lo primero que les dice el ángel es: “No tengan miedo”.

Eso es Pascua: Un Dios que le habla a tus miedos antes que a tu mente. Que no te da explicaciones teológicas…

Te da una palabra que te alcanza el corazón: “No tengas miedo… Jesús está vivo.”

¿Tenés miedo al futuro? ¿A lo que viene?

¿Miedo a que la historia se repita? ¿Miedo a quedarte solo?

Hoy Dios no te ofrece un argumento. Te ofrece una tumba vacía.

Y te dice: "Si vencí a la muerte, puedo vencer a lo que te atormenta."

2. Pascua es la prueba de que Dios no miente

El ángel dice: “Ha resucitado, tal como dijo.”

Jesús prometió que resucitaría… y cumplió.

¿Sabés qué significa eso?

Que podés confiar en todo lo que Él dijo.

Si dijo que te ama… es verdad.

Si dijo que te perdona… es verdad.

Si dijo que tiene planes de bien y no de mal… es verdad.

Si dijo que va a volver… ¡es verdad!

La resurrección no es un hecho aislado.

Es el sello de garantía de cada palabra de Jesús.

3. Dios sigue sorprendiendo donde el mundo ve final

Las mujeres fueron al sepulcro con perfumes… iban a ungir un cadáver.

Ellas esperaban muerte… pero encontraron vida.

Y así es Dios.

Cuando vos ves una etapa cerrada, cuando pensás “esto ya está”, Dios te dice: “Todavía no terminé.”

Porque Él es el Dios de los nuevos comienzos:

• El que transforma un viernes de cruz en un domingo de gloria.

• El que convierte el dolor en testimonio.

• El que saca belleza de las cenizas.

¿Estás en una etapa de silencio, de tumba, de final?

Atent@… tal vez estás más cerca de tu resurrección de lo que pensás.

 

4. La resurrección no solo cambió a Jesús… nos cambia a nosotros

Pascua no es solo algo que le pasó a Jesús.

Es algo que nos pasa a nosotros cuando lo creemos.

Romanos 8:11 dice:

'Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. '

¡Qué locura hermosa!

El mismo poder que levantó a Jesús vive en vos.

Eso quiere decir que:

• Tu pasado ya no te define.
• Tu presente ya no te esclaviza.
• Tu futuro ya no te da miedo.

Porque resucitaste con Cristo.

5. La tumba vacía es un llamado a salir del encierro

El ángel no solo les dijo que Jesús resucitó.

Les dijo: “Vayan y cuéntenlo.”'

En otras palabras: No se queden acá. ¡Esto no termina en la tumba!

Lo que empieza en la Pascua… se cuenta, se vive, se predica.

¿De qué te sirve una tumba vacía si tu vida sigue llena de cadenas?

Salí del miedo, salí de la culpa, salí del silencio.

¡Salí a vivir!

Cristo no murió para que seas un espectador.

Murió y resucitó para que seas un testigo.

Conclusión: La tumba está vacía… ¿y tu corazón?

La Pascua no se resume en una frase bonita.

La Pascua te hace una pregunta directa: ¿Está tu corazón lleno de vida o vacío de esperanza?

Jesús está vivo.

No es un personaje.

Es una persona real, poderosa, presente.

Y hoy te busca como buscó a las mujeres en la tumba.

Te llama por tu nombre.

Te dice: “No tengas miedo. Estoy vivo. Y vine a vivir en vos.”

Llamado final: Hoy es día de renacer. De volver a creer.

De dejar atrás el sepulcro de la resignación, del pecado, de la frialdad espiritual.

Hoy no es día de luto. Hoy es día de grito, de gozo, de esperanza.

¡Cristo vive!

¡Y por eso hay esperanza!

¡Y por eso hay salvación!

¡Y por eso hay un nuevo comienzo!

La tumba está vacía… pero nuestro corazón, hoy más que nunca, está lleno.