Filipenses 3:12-14 “No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.” NTV
• Todos tenemos anhelos que deseamos alcanzar. Sueños, proyectos, deseos que cuando pensamos en ellos se nos llena el pecho y el corazón más fuerte.
• Necesitamos tener algo que nos impulse a ir hacia adelante.
• Algunos tienen el anhelo de que sus hijos se reciban, tengan una carrera, un oficio y se
esfuerzan al máximo por esto. Sacrifican invertir en ciertas cosas para poder destinar ese
dinero en la educación de sus hijos.
• Otros están detrás de algún bien, el auto de sus sueños, la casa, un deporte. Todo esto es
bueno.
Estancamiento, distracción al acecho
Todos tenemos algo que nos tiene que impulsar y nos tiene que mover, si no tenemos un anhelo o un deseo, lo que estamos es estancados. Si no nos movemos y nos estancamos, somos como el agua estancada. El agua estancada se torna fea, turbia.
El Señor nos hizo con un propósito y una forma de ser, cuando no estamos creyendo o yendo
detrás de algún anhelo o una meta y solo estamos en piloto automático, nos volvemos como el
agua que se estanca.
Pablo le habla a Filipenses y les insiste en que se gocen, después dice, "No quiero decir que yo
ya lo alcancé. No alcancé todo.
Sepan que no les digo "Tengan gozo porque yo llegué y lo tengo." No, no, no es que llegué, me
falta mucho todavía, pero algo estoy haciendo. Como tengo una meta por delante que es Cristo, estoy dejando atrás todo lo que no me lleve a la meta, porque la meta a la que quiero llegar demanda que quite distracciones.
Disciplina
La sociedad trabaja para que te frustres y no alcances nada,
Dios trabaja para que des pasos firmes cada día hacia llegar a esa meta
Pablo nos da el secreto de su éxito: “Olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante.”
Esto no solo se aplica a los fracasos, sino también a los éxitos. Para tener un enfoque total, debemos soltar lo que ya pasó, ya sea bueno o malo, para concentrarnos en la meta que es
Cristo. Es una disciplina, una decisión diaria de priorizar lo que es eterno sobre lo que es
temporal.
Accionando para ganar
“¿Hay un anhelo o un llamado de Dios en tu corazón que sabés que tenés que atender, pero por
miedo o pereza todavía no diste el primer paso? ¿Cuál es tu excusa principal para no actuar?”
Efesios 3:20 “Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.” NTV
Sin embargo, ese poder no actúa en la inacción. La fe no es pasiva. El ejemplo del grano de
mostaza no habla de una fe "pequeñita", sino de una fe que actúa, que se lanza a la tierra, que
muere a sí misma para dar un fruto abundante. Si querés ver las promesas de Dios cumplidas,
tenés que avanzar, moverte, dar el primer paso.
Filipenses 2:13 “Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.” NTV
✅ Conclusión y Desafío de la Semana
El enfoque total es una herramienta poderosa que Dios nos da para vivir una vida con propósito.
Nos permite dejar de sobrevivir para empezar a vivir de verdad. Esta semana te desafío a que
dejes de lado las distracciones y te concentres en lo que realmente importa.
📝 Desafío para el grupo:
🔹 Identificá y eliminá: Elegí una distracción específica (redes sociales, series, quejas constantes,
etc.) y comprometete a reducirla o eliminarla esta semana.
🔹 Actuá en fe: Usá el tiempo y la energía recuperados para dar un primer paso en un anhelo que
Dios puso en tu corazón. Escribí ese paso y compartilo con el grupo.
🔹 Hacé el seguimiento: La próxima semana, contá cómo te fue. Anímense mutuamente a
mantenerse enfocados.