Número Desconocido?

Escrito el 10/08/2025
Christian Schahab

1. La Llamada que Ignoramos

Vivimos en un mundo de llamadas. Nuestros celulares suenan todo el día. Hay llamadas de amigos, familiares, del trabajo. Pero también hay esas llamadas que simplemente no reconocemos. Vemos un "número desconocido" en la pantalla y, casi por reflejo, la dejamos sonar hasta que se apaga. ¿Por qué? Por desconfianza, por no tener tiempo, o simplemente porque no sabemos quién está al otro lado.

De la misma manera, en el ruido de nuestra vida diaria, muchas voces nos ofrecen cosas: la voz de la publicidad, la voz de las redes sociales, la voz de la envidia, o la voz de nuestros propios miedos. Y a menudo, una de las llamadas más importantes de todas, la llamada de Dios, se camufla y nos parece un "número desconocido".

 

2. El Número que SÍ Reconocemos

La Biblia nos habla de muchos llamados, pero hay uno que es personal y transformador. Pablo, en su carta a los Efesios, nos lo recuerda. Él, un hombre que se convirtió en prisionero por amor a Jesús, nos ruega que "vivamos de una manera digna del llamamiento que han recibido" (Efesios 4:1-2).

Este no es un llamado genérico. Es una llamada personal de Dios a tu vida. Es la voz que te busca, que golpea tu puerta, que está interesada en que experimentes un tipo de vida completamente diferente. Dios te dice: "Te llamo para que vivas con humildad, paciencia y amor". Este llamado no es un "número desconocido" en la agenda de Dios; eres su hijo, su hija, y tiene algo increíble preparado para ti.

 

3. Silenciando las Voces para Atender la Llamada

Entonces, ¿por qué ignoramos esta llamada? ¿Qué voces están atacando nuestra mente, haciendo que la llamada de Dios parezca irreconocible?

  • Quizás sea la voz del enojo o la ira que te dice que tienes derecho a estar molesto.

  • Quizás sea la voz de la inferioridad que te susurra que no eres lo suficientemente bueno.

  • O tal vez sea la voz de la duda que te hace cuestionar el amor de Dios.

Esas voces no son la llamada de Dios. Son el eco de nuestra "vieja naturaleza", de la vida que llevábamos antes, la cual está corrompida por deseos engañosos. Son un ruido que nos impide ver con claridad.

 

4. La Salida: Cambiando la "Ropa" Vieja

Pero la buena noticia es que no estamos atrapados en esa vieja forma de vivir. Pablo nos enseña una salida: "ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza" (Efesios 4:23-24).

Esto no se trata de cambiar un hábito, se trata de una renovación total, de una transformación de la mente. Es dejar de vivir con el "ropaje" de tu vieja vida (la frustración, la duda, el resentimiento) y ponerte el "ropaje" de la nueva vida, que es la vida de Cristo: una vida de verdadera justicia y santidad.

 

Cerremos

Hoy, Dios te está haciendo una llamada. No es una llamada para una vida chata y monótona, sino para una vida que desafía tus límites, una vida de victoria. Es una llamada a ser un "número conocido" en su agenda, a una conexión directa con tu propósito.

Quizás has estado dejando que esa llamada suene, o incluso la has rechazado. Te animo a que hoy la atiendas. Deja que el Espíritu de Dios renueve tu mente, quítate la ropa vieja y atrévete a vivir la vida nueva que Él tiene para ti. No es una llamada perdida, ¡es tu destino!