Y Si No Sale? (Pesimista por Elección)

Escrito el 01/09/2025
Christian Schahab

Hoy quiero hablarte de algo que todos enfrentamos: la preocupación.
No es nueva. No es rara. La escuchamos todo el tiempo.
Pero… ¿cuántas veces te diste cuenta de que realmente te está robando la paz?

📖 Proverbios 12:25 (NTV)
“La preocupación agobia a la persona; una palabra de aliento la anima.”

 

¿Qué significa preocuparse?

La Real Academia Española define “preocupación” como:
👉 Ocuparse antes de tiempo.
Y ahí está la diferencia:
Planificar está bien.
Prevenir está bien.
Pero sufrir por adelantado… no está bien.

Ejemplo:
El pronóstico dice lluvia la semana que viene → lavás la ropa ahora. Bien.
Tenés un cumpleaños → cocinás antes para no correr ese día. Perfecto.
Eso es prever.
La preocupación es otra cosa.
Es sufrir hoy por algo que todavía no pasó.

Ejemplo:
Tenés un examen en dos semanas y ya estás convencido de que vas a desaprobar.
O sentís un dolor, lo googleás, y en tu cabeza ya tenés cáncer incurable.
La ansiedad hace esto:
Nos programa para imaginar siempre el peor final.

 

Conversaciones indebidas

Todo empieza con una conversación.
Un diálogo interno entre vos y la ansiedad.
La ansiedad es una alarma.
No es mala en sí misma. Te dice: “Ojo, algo no está bien.”
El problema es cuando dejamos que esa voz se convierta en diálogo.
Y ahí empieza el caos mental.
Un pensamiento lleva a otro.
Un “¿y si no sale?” se convierte en “seguro me va a salir mal.”

📖 Proverbios 12:25 (NVI)
“La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra.”

 

Más allá de lo clínico

La psicología lo llama: Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Se caracteriza por:
Preocupación excesiva.
Difícil de controlar.
Afecta lo físico y lo emocional.
En otras palabras:
👉 La ansiedad no gestionada es un exceso en todos los sentidos.
No está mal pensar.
Lo que está mal es sobrepensar.
No está mal prever.
Lo que está mal es creer que siempre va a salir mal.
Y ojo, Jesús fue claro:

📖 Juan 16:33 (NTV)
“Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”

La realidad es que vamos a enfrentar problemas.
Pero también la realidad es esta: no enfrentamos solos.

 

El propósito real

Dios creó nuestras emociones con un propósito.
Instaló en nuestra mente la alarma de la ansiedad para protegernos.
Lo que Dios no diseñó, fue que confiemos más en la voz de la ansiedad que en Su voz.

📖 Juan 16:33 (NTV)
“…pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”

Esa es la clave:
👉 Aun en medio de todo, tenemos la oportunidad de levantarnos.
La ansiedad nos invita al caos.
Jesús nos invita a la paz.

 

Eva y la serpiente

Un ejemplo práctico: Eva.
Todo estaba bien en el Edén. Lo tenían todo.
Pero había algo en su mente.
Una semilla de duda.
Un pensamiento: “¿y si lo que tengo no alcanza?”
Ahí apareció la serpiente.
No llegó gritando. Llegó con una pregunta.

📖 Génesis 3:1 (NTV)
“¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?”

En ese instante, Eva tenía una opción: ignorar o dialogar.
Pero eligió responder.
Y ese diálogo abrió la puerta al caos.
Lo mismo pasa con la ansiedad.
Si le respondés, perdés enfoque.
Si la ignorás y volvés a la voz de Dios, mantenés la perspectiva correcta.

 

Pero… ¿cómo salgo de esto?

Identificar la ansiedad es un paso.
Pero lo más importante es saber cómo vencerla.

📖 Filipenses 4:6-7 (NTV)
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias… Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender.”

La oración es nuestra arma más fuerte.
Pero no cualquier oración.
No un montón de palabras vacías.
Sino una oración sincera, honesta, que descarga el peso y abre el corazón a la paz de Dios.
También necesitamos comunidad.

📖 Gálatas 6:2 (NTV)
“Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo.”

No se trata de contarle a cualquiera.
Se trata de abrir tu corazón a un líder, a un pastor, a alguien que te ayude a cargar el peso.

 

Reflexión final

No podemos evitar que los pensamientos vengan.
Pero sí podemos decidir cuáles dejamos quedarse.
Cada vez que la ansiedad golpee a tu mente, recordá esto:

📖 1 Pedro 5:7 (NTV)
“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes.”

📖 Juan 16:33 (NTV)
“En mí tendrán paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”

Jesús no murió para que vivas esclavo de la preocupación.
Murió para que vivas en libertad, en paz y con propósito.

 

Oración

“Dios, reconozco que muchas veces le doy lugar a la ansiedad y me agobia.
Perdón por dialogar más con la preocupación que contigo.
Hoy decido confiar en tu plan.
Dame tu paz.
Dame tu fuerza.
Que mi mente y mi corazón estén en tus manos.
Amén.”

 

🙌 Ánimo. Aún queda mucho más.
Pastor Christian Schahab