¿Quién sos?
¿Qué te define?
¿Tu pasado?
¿Lo que otros dijeron de vos?
¿O lo que Dios dice de vos?
Tengo 42 años. Y aunque sirvo como mamá, como líder y como mujer de Dios... todos los días sigo trabajando en mi alma.
Sanando heridas.
Cicatrices que quedaron de momentos que me marcaron.
A veces me sorprendo recordando cosas que pensé que ya estaban enterradas. Y me toca batallar con ellas... definiendo, una y otra vez, quién soy en Dios.
👉 Por eso este tema es tan importante: nuestra identidad en Cristo.
No importa si tenés 15, 20, 40, 70 años. Toda la vida vas a tener que revisar esto. ¿Quién sos?
¿Qué te define como persona?
¿Hasta dónde tu identidad está sana?
Porque escuchá esto:
✨ El nivel de tu sanidad en tu identidad es el nivel desde donde vas a vivir todo en tu vida.
Si querés ser un buen papá, una buena mamá, un buen líder, un buen profesional, tenés que sanar tu identidad.
👉 Lo que hago brota de lo que soy.
Si sano quién soy, voy a ser mejor en lo que hago.
Pero si no sano... voy a tropezar una y otra vez en las mismas áreas.
Problema y la raíz
¿Cómo cambiamos eso? Tenemos que ir a la raíz.
Lo que hacemos es el resultado de las decisiones que tomamos.
Si sanamos hoy, nuestras decisiones van a ser mejores... y nuestro futuro también.
🔥 ¡Necesitamos revisar y sanar nuestra identidad!
El apóstol Pablo, en cada carta, arranca declarando con seguridad quién es. No lo hace por orgullo, lo hace porque sabe dónde está parado.
En el Antiguo Testamento vemos lo mismo con el rey David. En 2 Samuel 23:1 dice:
-
“Soy hijo de Isaí.”
-
“A quien Dios levantó.”
-
“El ungido del Dios de Jacob.”
-
“El dulce salmista de Israel.”
David sabía quién era y también qué hacía.
Me encanta un detalle: cuando David dice “Soy hijo de Isaí”, no lo dice con resentimiento. Lo dice reconociendo su origen, pero mostrando de dónde lo levantó Dios.
✨ “No niego de dónde vengo, pero tampoco me limito por eso.”
Recordemos: cuando el profeta Samuel fue a ungir a los hijos de Isaí, el papá se olvidó de David.
Presentó a seis... y ni lo llamó.
👉 Isaí trataba a David como sirviente, no como hijo.
Lo mandaba a cuidar ovejas mientras los hermanos estaban en los círculos importantes, entrenándose para el ejército.
Incluso cuando aparece Goliat, David llega al campamento no porque era un guerrero, sino porque su papá lo mandó de cadete: “Lleváles comida a tus hermanos.”
🔥 TU FIDELIDAD, AÚN CUANDO TE TRATEN MENOS, TE VA A POSICIONAR PARA MOMENTOS EXTRAORDINARIOS.
Vamos a aplicarlo
Quizás vos también venís de una casa donde no creyeron en vos. Donde te hicieron sentir invisible.
Donde te repitieron: “No servís, no podés, no vas a lograrlo.”
Pero mirá lo que pasa con Dios:
🙌 Él puede levantar lo que otros menospreciaron.
Adversidad Esperada
La casa de Isaí para David fue un lugar de menosprecio. Un lugar de críticas.
Un lugar donde le decían: “No sos nadie.”
Pero esto es clave:
El enemigo siempre va a usar tu historia para limitarte.
Si tu familia fue disfuncional → “Sos así por culpa de ellos.”
Si te lastimaron con palabras → “Nunca vas a superar eso.”
Si venís de una buena familia → “Nunca vas a estar a la altura de tu papá/mamá.”
El diablo te quiere atar ya sea con pobreza o con riqueza.
Por eso David decía: “Mirá de dónde me sacó Dios.”
David aceptó su origen. Lo sanó. Lo perdonó. Pero no se limitó por él.
✨ Vos tampoco te tenés que limitar. Dios tiene algo extraordinario para tu vida.
🪞 Aplicación Personal
Si Dios no hubiera sanado mi vida, yo también estaría limitada. Pero aprendí esto:
🙌 “Honro a mis padres, pero confío en mi Padre Celestial.”
Por eso David pudo escribir: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará.”
Lo escribió en soledad, olvidado, con las ovejas.
No importa de dónde vengas. Tu futuro no depende de Isaí.
👉 Depende del Señor.
📝 Tres áreas que necesitamos sanar
1. Identidad – Quién soy.
- Soy quien Dios dice que soy. (Gálatas 3:28, Romanos 8:15)
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No lo que mi familia, mis heridas o mi historia dicen.
2. Cultura – Cómo vivo.
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El Señor me guía por sendas de justicia. (Salmo 23)
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Dios quiere enseñarte una nueva manera de pensar, hablar y actuar.
3. Prosperidad – Cómo administro lo que tengo.
- El Señor es mi Pastor, nada me faltará. (Salmo 23:1)
-
Mi provisión no viene de Isaí, viene de Dios.
💰 Finanzas y fe
David entendió que lo que tenía no era suyo, sino de Dios.
Diezmo → No es mío, es del Señor. 🙌
Primicias → Lo primero y lo mejor. ✨
Ofrenda → Siembro con alegría en causas específicas. 🌱
👉 Cuando honro a Dios con mis recursos, no me limito a Isaí.
Honro a mis padres más cuando reconozco a Dios como mi Proveedor.
Así conecto mi prosperidad al cielo, no a la tierra.
Para Cerrar
Hoy quiero que lo declares conmigo con fe:
✨ “Vengo de Isaí, pero no soy Isaí.
Soy hijo, soy hija de Dios.
El Señor es mi Pastor, nada me faltará.
Soy quien Dios dice que soy.
Puedo hacer lo que Dios dice que puedo hacer.
¡Amén!”
Pra. Analía Ríos.